Detalles
“La etiqueta de este licor comparte con la de la ginebra un mismo lenguaje visual inspirado en el Monasterio de Leyre y su cripta. El dibujo de la cripta, acompañado por la pureza de las formas y la fuerza de la piedra, transmite la permanencia de lo esencial y la simbología benedictina. La Porta Speciosa recuerda que cada detalle de Leyre es también apertura y trascendencia. Los tonos y acabados se han trabajado con sobriedad, reforzando la claridad, la serenidad y la durabilidad que caracterizan a Leyre”, afirma Iban Malangré, diseñador de Lamiak Studio.
Este cuidado por los detalles de los monjes de Leyre en la elaboración y del estudio navarro Lamiak en el diseño de la etiqueta es el mismo que hemos puesto en Gráficos de Oyón en los acabados. Lamiak acudió a nosotros tras un “peregrinaje” por otras imprentas. El objetivo era imprimir unas etiquetas premium para los espirituosos del monasterio. Y nos plantearon un reto, algo que como impresores nos entusiasma: la impresión en el interior de la etiqueta de la leyenda “El silencio custodia la esencia”, enmarcada por los arcos «ocultos» de la cripta de Leyre. Este lema puede leerse desde el arco trasero que forma la etiqueta envolvente. Además, la etiqueta tiene un troquelado especial, un papel blanco algodonado y tres acabados: un clavado en la rejilla y sobre el nombre del producto, serigrafía sobre la marca para destacarla y estampación oro. El etiquetado se remata con una cintilla que rodea el cuello de la botella, incluye también un clavado en las malla y permite la numeración de las 200 botellas de esta primera tirada por los amanuenses benedictinos.
El licor de hierbas Monasterio de Leyre recupera la receta medieval benedictina, elaborada con 26 plantas, hojas y raíces maceradas en frío en alcohol de uva, según la fórmula extraída de un libro en latín, de tiempos de Carlomagno (en una de las imágenes). Cada ingrediente se recolecta a mano en el bosque de Leyre y el proceso es totalmente artesanal. “Cada sorbo es un viaje al pasado, a las hierbas medievales, a las boticas de los monasterios y guarda la paciencia del silencio, la riqueza de la naturaleza y la fidelidad a una tradición que sigue viva”, destaca el padre Eduardo Oliver. Este licor puede conseguirse en la tienda del Monasterio de Leyre.







