El Centro Riojano de Madrid, con su presidente José Antonio Rupérez como perfecto anfitrión, acogió el pasado 25 de noviembre de 2025 un acto histórico que unió dos efemérides de enorme relevancia para el sector vitivinícola: la presentación del libro conmemorativo del centenario de la Denominación de Origen Calificada Rioja y la celebración del 40 aniversario de La Prensa del Rioja. Para esta presentación, La Prensa del Rioja decidió acompañarse de dos empresas que también han cumplido 40 años en 2025: Barón de Ley, en representación de las bodegas, y Gráficos de Oyón, en representación de la industria auxiliar. Fue un encuentro cargado de emoción, reflexión y visión de futuro, en el que se dieron cita representantes de bodegas y de instituciones relacionadas con el vino, empresas auxiliares y periodistas especializados.

La jornada estuvo marcada por la mirada retrospectiva a los hitos que han convertido a Rioja en una de las denominaciones más prestigiosas del mundo, pero también por la energía de quienes siguen impulsando su liderazgo en el presente. Por parte de Gráficos de Oyón, acudieron Iñaki Santander, uno de los socios de esta empresa familiar, Pedro Sánchez, gerente e integrante de la plantilla desde el año de su fundación y Javier Alonso, director de comunicación de Gráficos de Oyón, que participó en la mesa redonda organizada para este acto y aportó su testimonio sobre el papel de las etiquetas en la construcción de la imagen internacional de Rioja. “Gráficos de Oyón y todos los que compartimos esta mesa, también Barón de Ley y La Prensa del Rioja, nacimos en 1985, que se llamó el año del “cosechón” en Rioja por lo abundante de la vendimia. Nos sentimos orgullosos de pertenecer a ese clúster agroindustrial, como lo denomina Javier Pascual en el libro del centenario, que formamos toda la industria auxiliar junto a las bodegas y que hoy representamos el 20% del Producto Interior Bruto de la región”. En este sentido, el director de Comunicación de Gráficos de Oyón, recordó que la empresa nació “por las ganas de dar un salto en la excelencia en la impresión por parte de cuatro innovadores de la zona y hoy seguimos siendo una empresa familiar y lo llevamos con orgullo”.

Etiquetas que cuentan historias
Con un tono cercano y evocador, el director de Comunicación de Gráficos de Oyón recordó que en los primeros años de andadura de La Prensa del Rioja, de Barón de Ley y de Gráficos de Oyón la industria vivía un momento de transformación decisiva: la concesión de la Calificada a la Denominación de Origen con la consiguiente obligatoriedad de comercializar todo el vino embotellado en origen. “Ese cambio fue fundamental para nuestra empresa, porque cada botella necesitaba una etiqueta, y cada etiqueta se convirtió en un relato que viajaba por el mundo”, subrayó. Hoy en Rioja hay más de 8.000 marcas de vino.

“Cuando nosotros empezamos, en 1985, en Gráficos de Oyón trabajaban 7 personas. Hoy somos 40”. En este sentido, Alonso puso en valor que, en estos cuatro decenios, el número de botellas de Rioja se ha más que triplicado, pasando de unos 90 millones a más de 325 millones, y que el número de bodegas embotelladoras se ha multiplicado por diez, de 58 a 578. “Nosotros hemos sido testigos directos de esa diversidad y de esa convivencia. Hoy trabajamos para más de 200 bodegas, desde grandes grupos como Barón de Ley, Faustino, Muriel, Ramón Bilbao, Martínez Bujanda, Valdemar… para algunas centenarias como Murrieta o Riojanas, para grandes cooperativas como Viñedos de Aldeanueva, Sonsierra o Haro, pero también para bodegas de tamaño mediano (Altanza, Marqués del Puerto, La Emperatriz, Navajas…) o, incluso, pequeños cosecheros, pero grandes en calidad, como Luberri, Berrueco, Biurko Gorri o Tierra. “Ninguno de nuestros clientes representa más del 5% de nuestra facturación, y eso refleja la riqueza y pluralidad del sector”, afirmó. «Algunas de ellas han tomado posiciones destacadas en otras denominaciones y han confiado también la impresión de sus etiquetas en nosotros”, resumió el directivo de Gráficos de Oyón.

Con emoción, recordó también el eslogan con el que Gráficos de Oyón está celebrando este año su propio aniversario: “100 años de Rioja, 40 años vistiéndolo de etiqueta”, así como la denominación del sitio en Instagram de la empresa, vistiendo_de_etiqueta. Y lo relacionó con la expresión “vestir el vino” que aparece también en el libro del centenario. Es una expresión que resume la esencia de su mensaje: las etiquetas no son solo un elemento técnico, sino un símbolo de identidad, prestigio y diferenciación que ha acompañado a Rioja en su ascenso internacional.

La construcción de esa imagen de marca tiene que ver con todo el trabajo de promoción genérica de la marca Rioja pero, “sobre todo, con el impulso que le han dado las bodegas a través de sus marcas de prestigio, como Barón de Ley o El Coto, entre otras muchas, representadas en los millones de etiquetas que Gráficos de Oyón ha tenido el honor de imprimir y que hoy viajan por todo el mundo, por 135 países”, destacó Javier Alonso.

Rioja es una Denominación prestigiosa en el mundo por el prestigio que le aportan sus bodegas. La campaña de Gráficos de Oyón por su 40 aniversario refleja un cartel que incluye algunas de las etiquetas más icónicas que ha impreso. Un cartel que es un homenaje a ese cartel que hizo en los noventa el Consejo Regulador con varias decenas de etiquetas de bodegas criadoras y que hoy es curioso revisar. Aquel cartel, que analizaba el experto en Marketing Alejandro Tomé (padre, por cierto, del actual director general de Barón de Ley) en el año 1995, estaba dominado por etiquetas blancas o crema, por orlas que enmarcaban las marcas, por escudos y bodegas, y con nombres de viñedos, de personas y de títulos nobiliarios. Unas etiquetas con evidente similitud a las de Burdeos y sin una gran evolución respecto a las que lucían las bodegas un siglo antes, algunas de ellas, como las de Riscal, exhibiendo el medallero que conquistaban ya en concursos internacionales. Algo que hoy siguen haciendo.
Si hasta finales de los ochenta, los cambios habían sido muy pocos en casi cien años, “el cambio en las etiquetas en los últimos 40 años ha sido increíble, hasta vertiginoso”, describió Alonso. En Rioja y a su estela, como siempre, en otras denominaciones de origen.
El responsable de Gráficos de Oyón apuntó varios motivos: hace 40 años las etiquetas se maquetaban en un 90% en las imprentas con las indicaciones de los bodegueros; hoy la conciben grandes estudios de diseño junto a profesionales del Marketing como Fernando Vega, de Barón de Ley. Prueba de ello es que en ese clúster en Rioja contamos con empresas de diseño de primer nivel nacional, como Moruba, Calcco, Sidecar o Crea 3. Y algunos grandes diseñadores nacionales e internacionales, como Salvatore Aducci, Marta Lojo, Pablo Guerrero o Carles Anadón también trabajan para bodegas de Rioja. “Con todo ellos tenemos la suerte de colaborar”.
Otros motivos del cambio son el crecimiento de la exportación a mercados con unos gustos muy diferentes al europeo, el aumento de las ventas en las grandes superficies, el incremento de las ventas de vinos de categoría superior, fundamentalmente Reservas o vinos de autor y la irrupción de una nueva e innovadora generación de bodegueros y una profesionalización del marketing con jóvenes directivos en las bodegas.
Estos cuatro fenómenos han llevado a Rioja a diseños menos clásicos y más innovadores que han catapultado el diseño en dos direcciones bien diferentes: etiquetas con nombres y diseños muy llamativos, locos y coloristas, para atraer a un público joven o de culturas diferentes y llamar la atención en los lineales; y otra línea opuesta, en los vinos de más prestigio, hacia etiquetas muy minimalistas, casi en blanco y negro, con tipografías muy austeras, que parecen diseñadas por arquitectos, y con papeles y acabados muy cuidados, conviviendo con otro estilo retro, pero actualizado, que nos hace viajar en el pasado a la época de los vinos finos de Rioja y a aquella primera etiqueta de 1850 que Espartero y Luciano de Murrieta bautizaron como Ebro Clarete del Duque de la Victoria.

“La posición de Gráficos de Oyón como impresores de etiquetas para bodegas de todos los estilos nos convierte en testigos del dinamismo de Rioja y de su capacidad de adaptación a los nuevos tiempos”, indicó. Y esto es algo que es transversal. La innovación en el diseño, en el etiquetado no es patrimonio de nadie. “Las grandes bodegas demuestran con el talento de sus directivos una extraordinaria capacidad de innovación, lejos de cualquier inmovilismo”. Esto se pudo comprobar al final del acto con la gama de vinos que presentó Barón de Ley: dos blancos y dos tintos, dos de Barón de Ley y dos de El Coto, y los cuatro innovadores tanto en el interior como en el exterior de la botella, cuyas etiquetas han sido impresas por Gráficos de Oyón.

Por otro lado, “los nuevos talentos que han emprendido proyectos de pequeñas dimensiones, quizás por su juventud, su formación y su orientación al marketing, apuestan decididamente por el diseño de etiquetas y muchos de ellos cuentan con los mismos grandes diseñadores antes mencionados”.
Alonso lo ejemplificó con un caso personal: “Yo soy hijo adoptivo de un pequeño pueblo de Rioja Alavesa de 600 habitantes, Lanciego, que, además de haber sido elegido por la Compañía de Vinos Telmo Rodríguez para instalar su bodega de Rioja y elaborar vinos como Lanzaga, también es un vivero espectacular de talentos locales, como Rober, de Tentenublo; Itxaso, de El Mozo Wines; Juantxu, de Mendieta Osaba; Enrique, de Ezki Wines; Cristina, de Señorío de Lanciego; Eduardo, de Azpillaga Urarte; o Luis R.”.
El ejemplo de Barón de Ley
En su intervención, el director de Marketing de Barón de Ley, Fernando Vega, expuso los datos principales de la estructura productiva y comercializadora actual de Rioja. Con cifras precisas, dibujó el “retrato robot” de la denominación en el siglo XXI y valoró su evolución en las últimas décadas.
Vega desmontó tópicos sobre la dicotomía entre grandes y pequeñas bodegas, defendiendo que Rioja es un modelo de convivencia en el que todos son necesarios. “Las grandes bodegas han ejercido de locomotora, pero el éxito de Rioja se debe a la suma de todos los modelos empresariales”, señaló.
El ejemplo más claro fue el del Grupo Barón de Ley, fundado también en 1985 y convertido en uno de los mayores propietarios de viñedo en Rioja. Vega destacó su vocación exportadora y su estrategia de liderazgo, que refleja la capacidad de Rioja para atraer inversiones y consolidarse como una zona muy atractiva para grandes operadores nacionales e internacionales.
Entre los datos más llamativos que destacó fueron la capacidad de la bodega de elaborar 4 millones de botellas de un tinto Reserva de Rioja de calidad y exportar el 85% del mismo. También señaló que el blanco más vendido de España es el que elabora El Coto, por encima de cualquier Rueda o Rias Baixas, algo que testimonia el impulso “sin complejos” de los blancos de Rioja en los últimos años y refleja la dimensión de la Denominación en calidad y en cantidad frente al resto de zonas vinícolas.

La Prensa del Rioja: pasado, presente y futuro
El acto sirvió también para repasar la trayectoria de La Prensa del Rioja, revista que ha sido testigo y narradora de la evolución de la denominación.

En este sentido, Javier Alonso recordó su etapa “apasionante” como periodista en la revista, que se inició como colaborador en el año 1994 hasta finales de la siguiente década. Recordó que hizo de todo: entrevistas, reportajes, artículos…. “Pero, sobre todo, guardo un gran recuerdo de tres secciones que propuse: Un plato para cada Rioja, en la que invertíamos el hábito del maridaje de elegir el vino para acompañar las viandas y proponíamos a cocineros que nos planteasen un plato que casase con un Rioja; otra sobre El Rioja en internet, donde analizábamos la presencia de nuestro vino y lo que le rodea en la red en los albores de las páginas web; y la más satisfactoria, El vino y su autor que me llevó a entrevistar a 77 enólogos por toda la Denominación poniendo en valor el naciente concepto de autoría en el mundo del vino, entre ellos al enólogo de Barón de Ley con su Finca Monasterio Reserva.
Junguitu le pidió que recordase la crónica que escribió para La Prensa del Rioja sobre las primeras décadas de la revista, un trabajo “increíble” que se desarrolló a lo largo de varios números de la revista. Muy en línea con lo que plantea el libro del centenario otorgando el protagonismo a las personas, esta crónica retrospectiva de la etapa 1985-1995 desde el punto de vista de la comercialización se enfocó a partir de las palabras de sus protagonistas en La Prensa del Rioja. Fue un trabajo de hemeroteca “ingente”, de relectura de casi 90 números de la revista, en el que se observaba que “el análisis coyuntural no siempre es acertado, aunque también se demostró que en Rioja hubo y hay verdaderos visionarios”. Un ejemplo: tras el cosechón de 1985, hubo una crisis de ventas y hasta un crack en 1988, pero los siguientes años las ventas remontaron; sin embargo, el sector parecía sumido en una crisis que era más psicológica que real. De hecho, en ese decenio se pasó de menos de 100 millones de litros comercializados a casi 200. “Fue una etapa apasionante y vibrante, en la que se produjo la entrada en la Comunidad Europea. Curiosamente, había quien en vez de verlo como oportunidad comercial temía más una invasión de vinos franceses o italianos que nunca se produjo”, señaló Alonso. Fue también la etapa de la concesión del apellido de Calificada a la Denominación y quizás de la decisión más trascendente desde el punto de vista de la comercialización, la eliminación de la venta a granel y la obligación de comercializar todo el vino embotellado en origen. “Para la empresa en la que estoy ahora, Gráficos de Oyón, fue una decisión fundamental, ya que ese casi 30% que se venía a granel ahora iba a tener que venderse con una etiqueta”.
Por su parte, Jorge Solana, nuevo editor de la revista, que coge el testigo de Pascual, explicó las razones para asumir el proyecto y presentó la marca paraguas “Tiempo de Vinos”, con sede en Madrid, que contribuirá a dar un nuevo impulso a la publicación y a visibilizar su difusión nacional e internacional. Como profesor universitario y difusor de la cultura del vino entre los jóvenes, dio también una optimista visión sobre el interés de la juventud en los vinos, de la inquietud de las mujeres jóvenes y, contra todo pronóstico, del gusto por los tintos de Rioja clásicos.
El libro del centenario: una visión interpretativa
El acto sirvió para presentar el libro conmemorativo del centenario de la DOCa Rioja, coordinado por Javier Pascual, quien destacó que no se trata de un libro de historia al uso, sino de una obra interpretativa que analiza las claves del éxito de Rioja: la importancia del factor humano, la capacidad de adaptación a los mercados y la construcción de una imagen de marca sólida y auténtica.
El acto, conducido por José Ignacio Junguitu, nuevo director adjunto de La Prensa del Rioja, fue un espacio de reflexión sobre el pasado, presente y futuro de Rioja, con intervenciones que aportaron datos, emociones y visiones estratégicas.
Junguitu puso en valor la frase que encabeza el libro: “En las personas está el secreto del éxito de una tierra que tiene nombre de vino y de un vino que ha hecho grande el nombre de su tierra de origen en todo el mundo”.
El libro termina con un magnífico resumen a modo de decálogo de lo que, casi en titulares, se resume lo que ha sido Rioja. Pascual dio la palabra a Alonso que puso sobre la mesa un dato que refleja ese éxito comercial de Rioja. “Sólo en estos últimos 40 años hemos pasado de unos 90 millones de botellas comercializadas y etiquetadas a 325, más del triple”.
La mesa redonda permitió debatir sobre los hitos fundamentales de Rioja en las últimas cuatro décadas: la consolidación de una potente estructura productiva y comercializadora, la construcción de una imagen de marca con gran notoriedad y prestigio internacional, y la convivencia entre diferentes modelos empresariales.
Un brindis por el futuro
El encuentro concluyó con una degustación de los vinos de Barón de Ley y de sus embutidos ibéricos y un brindis colectivo en el que se celebraron los cien años de Rioja, los cuarenta de La Prensa del Rioja y la pujanza empresarial del clúster riojano, formado por bodegas e industria auxiliar. Fue un momento de reconocimiento a quienes han protagonizado la historia de éxito de Rioja y a quienes la han vestido de etiqueta durante cuatro décadas. El representante de Gráficos de Oyón brindó “por cuantos han protagonizado la historia de éxito que representan los cien años de Rioja y por quienes lo visten de etiqueta”.
Esta celebración no sólo miró al pasado, sino que proyectó la fuerza de Rioja hacia el futuro, con nuevas generaciones de bodegueros, diseñadores y comunicadores que siguen innovando y llevando el nombre de Rioja por todo el mundo.

