Detalles
En esta etiqueta, el papel, mediante relieves y bajorrelieves, recuerda a una calzada romana como la que debió de pasar hace siglos por la villa romana de Aradón. La estampación y sobreimpresión sobre la marca busca una tonalidad que evoque las viejas monedas de época.
Todo ello para un vino con el que vuelven a los orígenes y recuperan la variedad de Garnacha, que durante miles de años reinó en los viñedos de Alcanadre. Bodegas Aradón expresa en cada botella la personalidad más pura de la Garnacha, su singularidad, frescura y elegancia: un vino de los que no se olvidan.